miércoles, 28 de noviembre de 2012

Geología urbana: Evidencias de vidas pretéritas en la ciudad


Hola amigos,

Hoy quiero daros cuenta del hallazgo de un nuevo 'afloramiento' urbano en Mislata, donde vivo. Se trata del revestimiento de la fachada del edificio en el que está instalada la clínica SERMESA, en la calle del Emparrado. En realidad ya era consciente de su existencia antes de ahora, pero con motivo de la espera asociada a una visita al pediatra tuve ocasión de examinarlo con detenimiento y fue entonces cuando vi que había mucho más de lo que parecía a primera vista.

Se trata de una caliza nummulítica, una auténtica lumaquela formada por la concha de estos organismos unicelulares (sí, unicelulares, a pesar de su tamaño). Además de los restos de organismos encontramos también fragmentos de moluscos bivalvos y de erizos de mar, principalmente radiolas. 

Fachada del edificio. La caliza recubre los paramentos de la planta baja
Si bien el principal componente de la roca son las conchas de nummulites y otros foraminíferos de tamaño milimétrico, también parece haber una pequeña proporción de matriz de grano más fino. El color oscuro de la caliza podría estar asociado a un contenido alto de materia orgánica. No se aprecian estructuras sedimentarias. La textura es, en general, packstone, con una buena selección por tamaños. A continuación un par de detalles del aspecto de la roca:

Detalle del aspecto pulido de la caliza. Se pueden observar distintos foramíníferos : nummulitidos y orbitolínidos, entre otros. También secciones de bivalvos y otros bioclastos.

Otro detalle
Estas calizas grises con nummulites son muy típicas del eoceno de la cuenca del Ebro y se pueden admirar, por ejemplo, en la arquitectura medieval de Gerona. Diría que en este caso se trata de la variedad de piedra ornamental conocida como 'Piedra (o gris) de San Vicente', muy apreciada por su valor estético. Más detalles:

Radiola de un equínoideo (erizo de mar)

Otra radiola

Secciones de las tecas (caparazón) de equínoideos: uno de gran tamaño a la izquierda y otro menor a la derecha. Si bien estos dos ejemplares están completos, lo normal es que sólo veamos fragmentos
Aceptando como hipótesis probable que efectivamente nos encontremos frente a este tipo de roca podemos avanzar algo más. Estos materiales pertenecen a la Formación Collbàs, que se divide en tres cuerpos litológicos. La caliza es el intermedio. Estos bancos nummulíticos se interpretan como barras submareales formadas por acción de corrientes de deriva paralelas al litoral en una plataforma interna protegida con cierto grado de agitación. No está de más recordar que esta cuenca marina formada por la colisión y subsidiencia de la placa Ibérica bajo la Europea (origen de los Pirineos) se configuraba como un pasillo por el que el Atlántico penetraba sobre tierra firme.

Además de los restos corporales de los seres que habitaron en el eoceno medio (hace unos 40 m.a.) también podemos encontrar evidencias de su actividad mientras estaban vivos. La bioturbación se manifiesta de varias formas, desde galerías hasta un aspecto jaspeado característico, asociados en ocasiones a cambios en la textura del material.

Aspecto jaspeado característico provocado por la acción de  los seres vivos que removían el sedimento
La selección del material, lo escaso de la matriz de grano más fino, la fragmentación de las conchas, todo ello son factores compatibles con la interpretación sedimentológica del ambiente de formación de estos depósitos: un medio agitado (aunque quizá no demasiado, ya hemos visto que hay alguna teca de equínoideo completa). Los icnofósiles también apuntan en esta dirección. Encontramos ejemplares propios de la icnofacies skolithos: arenicolites, diplocraterion, ophiomorpha, thalassinoides...Es interesante como en algún caso hay evidencia de que los animales excavaban en un medio poco consolidado, por lo que para evitar el desmoronamiento del pozo hubieron de reforzar las paredes empleando lo que tuviesen a mano (o pata).

Ejemplar de Ophimorpha isp. Fijaos en la sección circular del pozo y en cómo se han empleado foraminíferos de mayor  tamaño para revestir interiormente el pozo. Fijaos también en que, una vez abandonado, el relleno pasivo interior tiene una granulometría similar a al exterior 
Otro ejemplar de galería con un revestimiento interior más sutil que en el ejemplo anterior,  quizá  construido empleando alguna secreción mucosa como pegamento
Otra galería en la que se empleó la fracción más fina para su estabilización. El relleno pasivo interior  permite apreciar el grosor de las paredes
Estas dos galerías tan similares en diámetro son, probablemente, un ejemplar de Arenicolites isp., un domicilio en forma de U típico de gusanos poliquetos
Ejemplar de Diplocraterion isp. (o Rhizocorallium, si su orientación fuese horizontal). Fijaos que, a diferencia que en el caso de Arenicolites, las dos ramas de la U están unidos por lo que se conoce como 'spreite'. En el caso de Diplocraterion, se origina cuando el animal modifica la profundidad de su madriguera para adaptarse a cambios en el entorno
Tuve ocasión de pasar bastante tiempo recorriendo las fachadas (a pesar de las miradas suspicaces de los transeúntes) pero hubiese podido pasar horas en busca de pistas acerca de este entorno desaparecido hace tanto tiempo. Pero, como suele ocurrir en ocasiones, el futuro me reservaba una sorpresa. Menos de una semana después volví a encontrarme con la Piedra de San Vicente, en este caso en una fachada de la calle Alboraya, en Valencia.

Vista del aplacado en la calle Alboraya

En este caso tuve ocasión de fotografiar un varios de detalles interesantes. Por un lado, un guijarro redondeado de tamaño centimétrico que debió llegar gracias a un episodio de mayor energía, quizá una tormenta, y en cualquier caso es una evidencia de la proximidad de tierra. No hay nada parecido en el caso de Mislata pero aquí encontré dos.

Interesantísimo guijarro en la matriz bioclástica
Por otra parte, aquí hay mayor abundancia de fragmentos de conchas de erizos y son de mayor tamaño. 


Teca de un equínido en el que se aprecia la simetría pentarradial de lo que diría que es la región oral

Otro ejemplar. Se aprecian buenos detalles de la estructura de la concha
Nuevamente es fascinante comprobar como en un simple paseo por la ciudad, si sabemos mirar, podemos descubrir evidencias del pasado de la Tierra. Casi podemos ver aquel paisaje desaparecido: los millones de foraminíferos viviendo y muriendo en el fondo de la cuenca, los crustáceos excavando sus galerías en los bancos de las conchas de los anteriores, y los erizos y bivalvos completando la escena. La cuenca marina ya no existe y los animales desaparecieron hace millones de años, pero el legado de aquellos tiempos permanece en nuestras propias viviendas.


PD: Puesto que no soy un experto en piedras ornamentales agradeceré las opiniones que contribuyan a enriquecer el análisis


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7 comentarios :

  1. Interesante, creo que todo geólogo hemos alguna vez esto, muy agradable, los geólogos somos como niños, me encanta, Saludos,

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    1. Pues sí, esa es la sensación.

      Gracias por visitar Aventuras geológicas.

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    2. Enhorabuena por este post. Me ha gustado mucho leer sobre este "yacimiento" de fósiles urbanos en Mislata.

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    3. Me alegra que te haya gustado, Rubén. Gracias por visitar Aventuras geológicas y un saludo,

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  2. Interesantísima la interpretación de esta caliza. Realmente, esta faceta del geólogo, de pasarse horas mirando una pared o un suelo vacíos, le resulta muy extraña a los transeúntes. Yo disfruto mucho con estos afloramientos traídos hasta la ciudad.
    Saludos

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    1. Me pregunto que pensará la gente al vernos...

      Un saludo, Nacho.

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  3. Muchas gracias por tu blog. Es muy interesante y didáctico. A los que nos dedicamos a mirar paredes de las calles nos puede pasar de todo.
    Saludos desde Barcelona

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