domingo, 6 de enero de 2013

Una peregrinación geológica: el límite K/T (K/Pg) en Agost

"Looking back across the abyss of time which separates us from the Cretaceous, we can somehow feel nostalgia for a long-lost world, one wich had its own rhythm and harmony. We feel a special sadness when we think about its plants and animals, fish and birds -for most of the Cretaceous animals and plants are irretrievably lost. We can even feel some sorrow as we imagine the sun setting over a western ocean, painting the clouds with orange and red and yellow and gold, on the last evening of that world. For the Cretaceous world is gone forever, and its ending was sudden and horrible".

Walter Alvarez. T-Rex and the crater of Doom

El pasado día 31 de diciembre celebramos un momento simbólico, el cambio de año. El fin de un periodo y el inicio de otro, en el que depositamos todas nuestras esperanzas y anhelos. En esta ocasión dediqué este simbólico momento para cumplir con un viejo deseo y visitar junto con Geno, la joven ayudante de campo Inés y el aún más joven Óscar un lugar todavía más cargado de significado: el límite entre el Cretácico y el Paleógeno (o el Cretácico y el Terciario, como suele denominarse habitualmente con una visión más relajada de la coherencia en la jerarquía de unidades cronoestratigráficas). Aproveché para ello que nos encontrabamos en Benidorm, a una distancia lo suficientemente corta de Agost como para hacer obligado el desplazamiento a este afloramiento.

Digo 'lugar' pero en realidad este afloramiento constituye una fotografía revelada en roca de un momento crucial en la historia de la Tierra: el preciso momento en el que un cuerpo procedente del espacio golpeó nuestro planeta arrasando su superficie y acabando casi instantáneamente con la mayor parte de las formas de vida que lo poblaban (concentrados en el imaginario colectivo en los dinosaurios).

Es curiosa la atracción de los seres humanos por ciertos objetos. Cuando alguno de ellos tiene una relación definida con un hecho histórico relevante adquiere un valor incomparable, muy superior a los de cualquier otro objeto de la misma época. No es lo mismo una copa de principios de la era cristiana que la copa que usó Jesucristo en la Última Cena (el Grial). Recordemos la gran cantidad de reliquias de la Veracruz, sin duda alguna un auténtico bosque. La Declaración de independencia. La máscara funeraria de Tutankhamon. De alguna forma estos objetos se convierten en un nexo que nos conecta directamente con el pasado. Excitan nuestra imaginación y nos permiten revivir sucesos pasados como si formásemos parte de la escena. De alguna forma se convierten en el hecho mismo.

Quizá eso explique el profundo sentimiento con el que uno se aproxima a este corte en la carretera que une Agost con Castalla. En las margas y arcillas expuestas está conservado el momento mismo del tránsito entre un mundo antiguo y otro nuevo, surgido de la destrucción del anterior. No podría ser de otra manera. Si no hubiese sido por algo tan fortuito como inexorable (en atención a las leyes de la mecánica celeste) la dominación de los dinosaurios habría continuado y los mamíferos no habrían podido ocupar el lugar preferente dejado por éstos (espero que las bacterias sepan perdonar mi chovinismo biológico). Y nosotros no estaríamos aquí...

Corte en la carretera donde aflora el límite K/T en la carretera entre Agost y Castalla
En los materiales depositados en las aguas de un mar antiguo hay una capa oscura. Es muy delgada, apenas unos centímetros. En la base hay una línea aún más delgada y oscura, rojiza. La alta concentración de iridio descubierta por los Álvarez y el resto del equipo que reveló este suceso asombroso es la firma del impacto meteórico. La línea oscura de la base está compuesta por el material eyectado al espacio después de la brutal colisión que cayó sobre la Tierra posteriormente, como una fina lluvia de muerte. El color oscuro de la capa se debe a la alta concentración en materia orgánica de la misma: esta materia orgánica son los restos de los seres que murieron durante y tras el impacto en tal cantidad que su descomposición agotó todo el oxígeno disponible en el agua, convirtiendo el mar en un entorno asfixiante para los desdichados supervivientes. Las condiciones 'normales' se restablecieron un tiempo después, pero el mundo ya no era el mismo. Entre otras cosas, ya no había amonites en el mar.

Recorrí la zona a conciencia tratando de seguir la línea sobre el terreno, pero es harto difícil ya que la ladera está cubierta de derrubios que enmascaran el contacto. A la postre el mejor lugar es el propio talud y eso gracias a que otros antes que yo han visitado el lugar y una cicatriz evidencia la sección donde se han cogido muestras, manteniendo libre la franja del límite.

Vista general de la ladera donde se encuentra la transición entre el Cretácico y el Paleógeno
La joven ayudante de campo Inés señala el límite K/T
Hay algo fascinante en este lugar. Hay otras extinciones, otros límites, pero ninguno como éste. La velocidad a la que se produjo el cambio, lo caprichoso del mismo, su naturaleza caprichosa, a la vez imprevisible e inevitable, todo ello convierte estos centímetros de arcilla en algo único. Aquí las tenéis:

Y aquí está, el límite K/T: fotografía en roca del fin de una era...
Más de cerca. Si guardáis la imagen y la ampliáis apreciaréis la línea oscura de color rojizo en la base
Quizá pueda considerarse reprobable, pero no pude evitar llevarme algo de este momento de la Tierra en la forma de una muestra. La tengo en casa en una caja con tapa trasparente y ocupa un lugar preferente en mi colección. A la lupa podemos apreciar la delgada línea de ejecta, partículas caídas del cielo procedentes del lugar del impacto, en la actual península del Yucatán, en Méjico, un día terrible hace 65 millones de años.

Vista a través de la lupa X10 de una muestra de la capa oscura.  La base está compuesta por ejecta lanzados al espacio en todas direcciones en el momento del impacto
Probablemente ni me he acercado a describir adecuadamente mis sentimientos durante esta auténtica peregrinación. Si tenéis ocasión de visitar en algún momento alguno de los afloramientos del límite K/T repartidos por el mundo no la dejéis pasar. Podéis encontrar una descripción detallada de ellos en la página del profesor Jan Smit, participó en ese inmenso proyecto de investigación liderado por Walter Álvarez que descubrió estos asombrosos sucesos. Y en cualquier caso es casi obligado leer el relato de este acontecimiento y del propio proceso de la investigación por parte del Profesor Álvarez narrados por el mismo en T-Rex and the crater of Doom (T-Rex y el cráter de la Muerte, en castellano).

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7 comentarios :

  1. Suerte que teneis algunos de estar en ese lugar.

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  2. Interesante artículo. Gracias por el trabajo que te tomas¡¡

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    1. Gracias a ti por visitar Aventuras geológicas. Un saludo.

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  3. Muy interesante el relato. Y muy interesante también el enlace a la página del Prof. Jan Smith. No la conocía, y es muy buena. Gracias!
    Saludos

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    1. Sí, es una pena que lleve tanto tiempo sin actualizar. Jan Smit es uno de los mayores expertos mundiales en el límite K/T.

      Saludos

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  4. Genial tu relato, yo que vivo cerca la he visitado en varias ocasiones, además de pasar por su lado en otras muchas... la mirada a la cuneta es inevitable ante la impresión de los pensamientos que esa delgada capa de roca provocan.
    Gracias por el artículo.

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    1. Hola Alberto,

      Me alegro de que te haya gustado. Yo también tengo ganas de volver en algún momento. Y por cierto, el geolodía de este año en Alicante se celebra justamente en visitando este afloramiento.

      Un saludo y gracias por visitar Aventuras geológicas

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