Una de primeras sensaciones que proporciona la Geología es la percepción de la inmensidad de la edad de la Tierra. Este concepto es tan importante que tiene su propio nombre: el tiempo geológico (o tiempo profundo). La sensación de vértigo es inevitable cuando uno se encuentra ante rocas verdaderamente antiguas, especialmente si se conoce el contexto de su formación y los avatares atravesados hasta convertirse en lo que vemos hoy día.
En la provincia de Valencia las rocas más antiguas que existen son paleozoicas. El paleozoico es la primera de las tres eras en que se divide el eón Fanerozoico (las otras dos son el mesozoico y el cenozoico). Recuérdese que el Fanerozoico es el periodo en el cual han existido formas de vida pluricelulares, es decir, animales y plantas (y hongos) asimilables a los que conocemos hoy día, y comenzó hace unos 540 millones de años.
Los afloramientos paleozoicos son escasos en la provincia. El más conocido es del barranco de Alcotas, en Chelva, del que encontraréis un buen análisis en el blog 'Mi Geoblog', de José María Montes. Casualmente, a la vez que José María estudiaba el afloramiento de Chelva yo estaba recorriendo otro más cercano a la ciudad de Valencia aunque menos conocido: el de Marines (viejo). Éste se encuentra enclavado en la Sierra Calderona, formada principalmente por materiales triásicos. En particular, el paleozoico de Marines está expuesto gracias a una falla en los materiales del Bundsanstein (Triásico inferior). La extensión del afloramiento es muy reducida, apenas unas decenas de metros, pero constituye una ventana a un pasado remoto que, precisamente por su escasez en nuestro entorno, es de gran importancia.
Para llegar hasta allí hay que seguir la carretera CV-25 de Olocau hacia Gátova. Al pasar Marines viejo hay una pista forestal bastante ancha que aparece a nuestra derecha a unos 800 - 1.000 m del pueblo. Esta pista discurre junto a un barranco y es fácil de reconocer ya que el comienzo de la misma está hormigonado.
Ubicación del afloramiento de Marines viejo. Fuente: Google Earth |
Examinemos a continuación el contexto geológico. En el siguiente extracto de la hoja 667 - Villar del Arzobispo del Mapa Geológico de España a escala 1:50.000 podemos apreciar la reducida extensión del afloramiento (el paleozoico está cartografiado en color marrón), el Triásico inferior en rosa oscuro, el Triásico medio en en violeta.
La memoria de la hoja 667 no aporta demasiada información. La litología se describe como cuarcitas ferríferas. Ante la imposibilidad de datar estas rocas metamórficas azoicas (sin fósiles) se les atribuye, por afinidad con el resto del paleozoico de la cordillera ibérica, una edad Ordovícica. No obstante, la verdadera afinidad de estas rocas la encontramos en el paleozoico de la sierra de Espadán en la provincia de Castellón, y eso nos sugiere una edad Carbonífera como la más probable.
La joven ayudante de campo Inés y yo llegamos al pie de La Peña una fría mañana de enero. En un principio se trataba de un simple reconocimiento preliminar. No tenía en mente más que localizar el afloramiento para poder volver más adelante. Sin embargo, pronto encontré bloques de cuarcita en los ribazos y supe que estaba en el lugar correcto. Nuestro objetivo está a mitad de la ladera y es posible llegar a él por dos caminos: uno es ascender desde la pista forestal, campo traviesa. El otro es descender desde el sendero de pequeño recorrido PR-CV 8 que discurre entre Marines y Olocau, aunque esto no lo supe hasta que me di de bruces con el propio sendero. Realmente, si bien es fácil dar con el afloramiento, recorrerlo de forma sistemática no lo es tanto, por lo que si estáis pensando visitarlo poneos en contacto conmigo y os daré indicaciones más específicas.
El caso es que nosotros dimos con él enseguida. La ladera está completamente cubierta de vegetación y esto me hizo dudar en un principio, pero al acercarnos vi que estaba bastante limpia de matorrales y esto me animó. No obstante, el primer tramo del ascenso es bastante penoso por lo que no es recomendable la visita con niños pequeños.
Vista hacia la pista forestal desde mitad de ladera |
Las condiciones de afloramiento no son buenas, especialmente en la parte inferior. Hay mucha vegetación y la roca asoma aquí y allá, de forma poco continua. En la mitad superior la cosa mejora. Pero vayamos por partes.
Cuando caminamos por la carretera y el arranque de la pista forestal los materiales que encontramos son unos limos y areniscas micáceas de grano fino, rojizos. La areniscas presentan muestras de bioturbación y estratificación cruzada de pequeña y gran escala. Se trata de la formación Limos y Areniscas de Alcotas. Su edad es Pérmico superior, lo que se corresponde con unos 260 m.a.
La Fm. Alcotas al comienzo de la pista forestal |
Cuando comenzamos a ascender encontramos materiales muy diferentes. Si bien la memoria de la hoja 667 habla exclusivamente de cuarcitas, lo que aflora son, en su mayor parte, unas rocas muy peculiares llamadas grauvacas (aunque podrían ser litarenitas) y que en principio tomé por esquistos micáceos con un alto contenido en cuarzo. El contenido en hierro se evidencia por el color parduzco. Los bancos de rocas metamorficas, especialmente las cuarcitas, están atravesados por filoncillos de cuarzo fibroso asociados a fracturas. Todo indicativo de un metamorfismo de grado bajo.
La joven ayudante de campo Inés frente a un afloramiento de grauvacas |
Detalle de una grauvaca. Fijaos en que es posible apreciar a simple vista los cristales de distintos minerales, entre otros los cristales brillantes de moscovita |
Vena de cuarzo fibroso rellenando una grieta |
Cuarcitas en la parte inferior y grauvacas en la superior |
Hacia la parte superior aparece un banco de pizarras de potencia decimétrica. En algún punto incluso aparecen filitas, con su aspecto sedoso típico. Las filitas representan un grado de metamorfismo superior al de las pizarras, pero inferior al de los esquistos.
Detalle de un bloque de cuarcita ferrífera |
Banco de pizarras grises |
Bloque de cuarcitas con filitas en su parte superior y un nódulo de cuarzo en el lado izquierdo |
Como se indicaba en la memoria del IGME, todas estas rocas metamórficas no contienen fósiles. Además, yo no encontré estructuras sedimentarias de ningún tipo. Hasta donde yo vi, las grauvacas constituyen la litología dominante a techo y las cuarcitas lo hacen a muro. Mientras subimos es relativamente frecuente encontrar bloques procedentes de la parte alta de la montaña, entre ellos conglomerados y brechas compuestos por clastos cuarzosos.
Conglomerados rojizos de matriz arenosa. Bloque caído de la zona alta de la peña |
Pronto es evidente el origen de estas brechas. Al continuar ascenso las grauvacas dan paso a bancos conglomeráticos con una potencia de más de diez metros. Dado el gran contenido de derrubios de la ladera es difícil señalar el contacto de forma precisa.
Transición poco clara entre las grauvacas carboníferas y los conglomerados pérmicos |
Se trata, posiblemente, de la Fm. Conglomerados de Boniches. Estos conglomerados, por momentos brechoides, presentan secuencias positivas en un contexto general granodecreciente con frecuentes estratificaciones paralelas y cruzadas en algunos niveles.
Detalle de la Fm. Conglomerados de Boniches |
La falla que nos ha permitido acceder al paleozoico ha dejado muestras por todas partes, ya que no es nada raro encontrar rocas que muestran estrías en planos pulidos, evidenciando el desplazamiento del bloque hundido.
Espejo de falla: plano pulido y con estrías a causa del desplazamiento del bloque hundido |
Como ya he dicho, el tamaño de grano decrece hacia el techo de la formación y al final se produce una transición continua con las areniscas de la formación Alcotas.
Transición continua entre las formaciones Boniches y Alcotas |
Y con esto hemos llegado a donde comenzamos, la Fm. Limos y Areniscas de Alcotas, con su aspecto rojizo característico y sus areniscas con estratificación cruzada. Y ahora estamos en el sendero PR-CV 8.
Limos (abajo) y areniscas (arriba) de Alcotas en el sendero PR-CV 8 |
Encontramos los mismos materiales que en la base de la peña, pero a una cota varias decenas de metros superior. Ello es así por la existencia de la falla, que ha hecho que uno de los bloques se desplace desde su posición original hasta el pie de la montaña. De ahí la repetición.
Hasta aquí la presentación del afloramiento. Corresponde ahora hacer un relato del contexto geológico que nos permita poner en perspectiva aquello que estamos viendo y así percibir la naturaleza del tiempo geológico.
Hasta aquí la presentación del afloramiento. Corresponde ahora hacer un relato del contexto geológico que nos permita poner en perspectiva aquello que estamos viendo y así percibir la naturaleza del tiempo geológico.
Viajemos al pasado hasta el Ordovícico. ¿Cómo era la Tierra en aquel momento, hace más de 450 millones de años? Aquí tenemos una reconstrucción paleogeográfica:
Como vemos, lo que sería Iberia no era más que una plataforma continental en las costas de un gran continente, Gondwana. Se hallaba en el hemisferio sur, entre los 30º y 60 º de latitud. En aquel fondo se depositaban las arcillas y arenas que, una vez metamorfizadas, se convertirían en las pizarras, filitas, cuarcitas y grauvacas que vemos hoy. Este mar es el océano Reico, un antecesor de nuestro Atlántico. Al norte, la deriva de Avalonia está cerrando el océano de Japeto. Con el tiempo, Gondwana acabará ocupando el polo sur y se cubrirá de un gran casquete de hielo. Pero para eso falta 'algo' de tiempo.
¿Cómo era la vida entonces? Exclusivamente marina. La tierra firme estaba deshabitada. Sin embargo, en el mar la vida se extendía imparable tras la explosión cámbrica, acaecida unos 100 m.a. antes, momento en el que aparecieron la mayor parte de las formas de vida que conocemos. Sin embargo, el final del Ordovícico traería la primera de las grandes extinciones masivas de las que se tiene constancia.
Posición aproximada de Iberia en el Ordovícico. Modificado del sitio web de Colorado Plateau Geosystems, del Prof. Ron Blakey: http://cpgeosystems.com/index1.html |
¿Cómo era la vida entonces? Exclusivamente marina. La tierra firme estaba deshabitada. Sin embargo, en el mar la vida se extendía imparable tras la explosión cámbrica, acaecida unos 100 m.a. antes, momento en el que aparecieron la mayor parte de las formas de vida que conocemos. Sin embargo, el final del Ordovícico traería la primera de las grandes extinciones masivas de las que se tiene constancia.
Estos materiales, depositados en el fondo del océano Reico, quedarían allí hasta que, en el Carbonífero, todas las masas continentales colisionasen formando un supercontinente muy famoso: Pangea. Iberia quedó en el centro del orógeno varisco, una cordillera montañosa formada por los sedimentos plegados y metamorfizados que descansaban en la cuenca oceánica y que fueron atrapados entre las masas en colisión.
Posición aproximada de Iberia en el Carbonífero. Modificado del sitio web de Colorado Plateau Geosystems, del Prof. Ron Blakey: http://cpgeosystems.com/index1.html |
La erosión de esta enorme cordillera produciría grandes cantidades de grava, arenas y arcillas que los ríos transportaron durante el Pérmico, convirtiéndose en los conglomerados, areniscas y limos de la Fm. Alcotas. Durante el tránsito entre el Pérmico y el Triásico el continente estaba rasgándose y en los bloques hundidos se acumulaban los nuevos sedimentos que hoy encontramos en La Peña. Con el tiempo, el progreso de este rifting acabaría con una transgresión marina sobre el continente. Hace unos 250 m.a. de estos acontecimientos. Sobre la tierra ya caminaban los antecesores de dinosaurios y mamíferos...
Posición aproximada de Iberia al inicio del Triásico. Modificado del sitio web de Colorado Plateau Geosystems, del Prof. Ron Blakey: http://cpgeosystems.com/index1.html |
Aún ocurrirían más cosas antes de que estas rocas alcanzasen el estado que nosotros vemos hoy día, como los distintos episodios de rifting jurásicos y cretácicos, que depositaron espesas series de materiales carbonatados marinos por encima de los sedimentos continentales del Triásico inferior, y la colisión entre las placas africana y europea que levantaron la sierra Calderona, pero eso es otra historia.
Es un buen momento para repasar ahora las fotografías del comienzo de este artículo, con una idea suficiente del contexto: las pizarras y cuarcitas nos hablan de un océano antiguo, de enormes colisiones continentales y cordilleras ya desaparecidas. Los conglomerados y brechas son lo que queda de los cauces fluviales que trasladaban los fragmentos de esas cordilleras arrancados por la erosión.
Para terminar no me resisto a comentar el pequeño chiste oculto en el hecho de que algunos de los materiales más antiguos de la provincia (de origen marino) afloren junto a un pueblo denominado Marines viejo. Seguramente cuando este pueblo se trasladó a su nueva ubicación no se era consciente de la ironía implícita que hacía necesario que, con el tiempo, el núcleo original volviese a ser ocupado (adoptando el calificativo de 'viejo'). Sin duda en aras a un peculiar sentido del orden geológico.
Sigue leyendo aquí sobre la geología de la sierra Calderona.
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