martes, 15 de enero de 2013

Vacaciones y geología en Benidorm

La provincia de Alicante es un auténtico paraíso geológico. Existen multitud de lugares de gran interés que, en muchos casos, se ve realzado por la espectacularidad del paisaje. Uno de estos lugares es la Sierra Helada, alineación montañosa que se extiende entre las localidades de Benidorm y L'Alfaç del Pi. Puesto que tuve la ocasión de pasar el fin de año en la zona aproveché para realizar varias salidas de reconocimiento por allí. Y como suele ocurrir con frecuencia, uno se queda con ganas de más. 
A pesar de esta sensación permanente de insatisfacción con el tiempo dedicado a la exploración de nuevos lugares, el resultado de mis aventuras geológicas en la zona fue altamente productivo. Ya revisamos la peregrinación al límite K/Pg en Agost. Hoy quiero presentaros el resultado de mis incursiones en la Sierra Helada.

Vista satélite de la Sierra Helada, entre las localidades de Benidorm y El Albir. Fuente: Google Earth
Esta sierra forma parte de la Cordillera Bética y está dividida en bloques por varias fallas directas que dan lugar a espectaculares acantilados que caen sobre el mar. La edad de los materiales abarca desde el Jurásico hasta el Cretácico inferior. Reúne multitud de detalles de gran interés didáctico, razón por la cual el Geolodía del año 2008 en esta provincia se celebró aquí, concretamente en el paseo que desde la playa del Albir conduce hasta el faro de Punta Bombarda.

La Sierra Helada vista desde la carretera entre Altea y El Albir. Fuente: Google Earth
Este sendero está pavimentado en toda su longitud y es, por tanto, accesible para personas de cualquier condición física o que vayan acompañados de niños pequeños, como fue nuestro caso. Además, está perfectamente señalizado ya que forma parte del Parque Natural. En esta salida me acompañaron Geno, el joven Óscar y mi sobrina, la joven ayudante de campo Leonor. En la siguiente imagen puede verse el recorrido.

Sendero del faro de Punta Bombarda. Parte de la playa de El Albir y serpentea desde la parte superior izquierda de la imagen a la esquina inferior derecha. Fuente: Google Earth
Echemos un vistazo al mapa geológico. Como vemos durante la ruta atravesaremos materiales de edad Albiense (Cretácico inferior). Al aproximarnos a Punta Bombarda también cruzaremos varias fallas, lo que nos permitirá apreciar interesantes formaciones geológicas.

Mapa geológico de Punta Bombarda. Fuente: MAGNA50 - IGME
Litológicamente veremos, por un lado, areniscas calcáreas bioclásticas de textura grainstone con estratificaciones cruzadas y, por otro, calizas nodulosas y calizas con rudistas. El ambiente sedimentario corresponde al de una plataforma carbonatada somera, con areas de mayor energía donde se desarrollaban las barras calcareníticas y otros más resguardados en los que existían arrecifes con corales, rudistas, pelecípodos...Pero comencemos ya nuestro recorrido. Partimos de la playa de El Albir. Ya desde el principio encontramos interesantes detalles. Si nos aproximamos a ver el pequeño acantilado que cae sobre la grava de la playa podemos apreciar la discordancia angular entre los materiales cuaternarios y las capas inclinadas del Cretácico. En estas últimas es posible descubrir las galerías construidas por los habitantes de aquel mar antiguo. Aquellos seres empleaban fragmentos de conchas y otros medios a su alcance para reforzar las galerías en que residían. Estas viviendas han quedado conservadas como icnofósiles. Este en particular ha sido bautizado como Ereipichnus geladensis.

Discordancia angular entre los materiales cretácicos (en primer término) y los cuaternarios (arriba) de color rojizo. Estos últimos proceden de la erosión de los relieves de la propia sierra

Techo de una capa en la que destacan las galerías de Ereipichnus geladensis

Detalle de una galería en la que se aprecia el interior hueco y la pared, formada por fragmentos bioclásticos
Una vez visitada la playa comenzamos el camino hacia el faro. Al principio atravesamos la urbanización construida en la falda de la sierra y, tras unos diez minutos, encontramos el acceso al parque natural. En algunos puntos hay miradores señalizados que permiten disfrutar de muy buenas vistas del Puig Campana. Esta montaña alcanza más de 1.400 m de altura, aún más imponentes por su proximidad al mar.

Vista desde el sendero. Al fondo y a la izquierda el Puig Campana. En el centro la playa de El Albir, que visitamos al principio del recorrido
Las primeras rocas que encontramos son unas calizas bioclásticas con textura grainstone, principalmente integradas por fragmentos esqueléticos. Son propias de ambientes de alta energía.

La joven ayudante de campo Leonor junto a un banco de calizas bioclásticas

Detalle de las calizas anteriores. Fijaos que están integradas por fragmentos esqueletales y que no existe matriz entre los granos
En este punto de la ruta cruzaremos un túnel. Justo en este punto podemos ver el contacto entre unas margas gris-azuladas y las calizas bioclásticas anteriores, suprayacentes, que presentan textura nodulosa a causa de la bioturbación.  A la salida del túnel, a la derecha, las margas conservan algunos de sus antiguos habitantes. Se trata de unos moluscos bivalvos llamados condrodontos que formaban colonias semienterradas en el fango.

Cambio de litología en el túnel

Condrodontos. La joven ayudante de campo Leonor está de pie frente a la ladera
Una vez salimos del túnel divisamos a lo lejos el faro.

Punta Bombarda y el faro
A partir de este punto encontramos calizas oolíticas y bioclásticas, con textura grainstone. Los oolitos requieren para su formación agitación constante, de forma que el carbonato precipite formando envueltas concéntricas sobre algún cuerpo que sirva de núcleo como, por ejemplo, un fragmento de concha. Estos materiales con frecuencia presentan estratificaciones cruzadas  de media y gran escala. Todo ello evidencia un ambiente energético de poca profundidad, con corrientes. Veamos algunos ejemplos.

Grainstone oolítico en el que también es posible observar varios ejemplares de orbitolinas con su sección triangular característica. En algún caso incluso se aprecia algún ejemplar cónico.
La joven ayudante de campo Leonor sentada sobre una barra con estratificación cruzada
Eventualmente llegaremos a una de las grandes fallas que delimitan el bloque descolgado de Punta Bombarda. A favor de esta falla se ha producido la circulación de agua que ha disuelto y precipitado distintos minerales, dando lugar, incluso, a mineralizaciones de hierro que en su momento se explotaron como minas de ocre. Los paneles de la ruta informan adecuadamente de la historia de estas minas.

El color rojizo del terreno en la esquina inferior izquierda de la imagen evidencia su contenido en hierro. Se aprecian restos de las edificaciones de las antiguas minas de ocre
Hematites, un mineral formado por óxidos de hierro
La joven ayudante de campo Leonor sentada frente a un espeleotema formado por calcita fibrosa que ha precipitado rellenando una de las grietas asociadas a la red de fallas
Y así por fin alcanzamos el faro. Además de disfrutar de las excelentes vistas sobre el Mediterráneo y la costa podemos estudiar un parche arrecifal del Cretácico inferior. Este parche, desarrollado sobre la plataforma carbonatada que constituía el margen de Iberia hace más de 100 m.a., estaba construido y habitado por una diversidad de seres entre los que cabe citar corales, foraminíferos, moluscos bivalvos, esponjas, etc. Este arrecife creció sobre fondos fangosos de aguas tranquilas, al resguardo de otras zonas más agitadas donde tenía lugar la formación de las barras oolíticas y bioclásticas que vimos anteriormente. La presencia de corales es un indicativo de la posición de Iberia en aquel momento, ya que estos animales sólo prosperan en bandas de latitud situadas entre 25º - 30º al norte y sur del ecuador. Otros habitantes son los rudistas, bivalvos bioconstructores que en aquella época rivalizaban con los propios corales y que se extinguieron al final del Cretácico. Todos estos seres formaban una comunidad integrada en la cual cada uno tenía su nicho en relación con el resto y las condiciones del medio. Viajemos al pasado a través de las evidencias del presente.



Secciones de rudistas
Secciones de coral ramoso. Las secciones que son perpendiculares al eje de cada 'rama' son subcirculares. Las que son subparalelas aparecen son alargadas
En este detalle se aprecia perfectamente la estructura interna del coral, en la que unos tabiques  (septos) dividen la sección en cámaras (click para ampliar)
Detalle de coral masivo, propio de zonas de arrecife sometidas a mayor energía del medio
Alveolos en la roca resultado de la acción de organismos perforadores
Realmente este accesible y muy agradable sendero nos permite obtener una imagen bastante completa del paisaje en el momento en que se formaron estas rocas. Un fondo marino poco profundo de aguas cálidas y lleno de vida. A pesar de la proximidad de esta sierra al mar estas rocas han pasado por multitud de circunstancias, muchas más de las que podría pensarse a juzgar por lo cercano del medio marino dónde se sedimentaron los materiales que las integran. Millones de años después la colisión entre las placas africana e ibérica levantaron los relieves que ahora podemos ver. Pero esta es otra historia. Antes de marcharnos del faro disfrutemos de nuevo de la vista:

La sierra de Bernia a la derecha, con Altea en el centro de la imagen, el cabo de San  Antonio al fondo y el Peñón de Ifach a la derecha 
Por último quiero mostraros otra formación muy recomendable. En el extremo occidental de la sierra, junto a Benidorm, es posible observar un campo de dunas trepadoras fósiles que se desarrolló durante el descenso del nivel del mar asociado a la última glaciación, hace unos 80.000 años. En aquel entonces el viento transportó la arena del fondo marino que quedó al descubierto y la empujó contra la sierra, formando las dunas. Para verlas hay que acercarse a una zona conocida como 'Dos calas'. Desde aquí, siguiendo un sendero señalizado que forma parte del parque natural (muy parecido al que hemos seguido en Punta Bombarda) se llega a la torre vigía de Seguró. Desde allí podemos ver las dunas.

Amanece sobre la torre de Seguró
Dunas trepadoras recostadas sobre las calizas del Cretácico inferior. Es posible apreciar la estratificación cruzada eólica de gran escala 
Lamentablemente no es posible descender hasta las dunas. El acceso parece posible sólo desde el mar, y aparentemente no sin dificultades.

Y esto es todo. Una vez más hemos podido comprobar que en esta zona hay mucho más que hacer que limitarse a la estrecha franja arenosa que conocemos como playa. Sólo hay que ampliar un poco el horizonte...

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6 comentarios :

  1. Dices,este arrecife creció sobre fondos fangosos de aguas tranquilas.
    Así es el que yo encontre en el Aptiense, fango con muchos bivalvos y otras especies de moluscos
    despues rocas con corales sobre todo.
    Este post es muy bueno, extenso y didactico.
    Saludos de nuevo Oscar despues de casi dos meses de ausencia por mi parte.

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    1. Me alegro de volver a saber de ti, Ximo. Me preguntaba porqué no publicabas nada en tanto tiempo...
      Saludos

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  2. Muy didactico y muy buenas fotos. Solo conozco la parte inicial de tu recorrido, en la terminacion de la Playa del Albir, yo hice el proyecto de riesgos geológicos.

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    1. Creo que es posible desviarse del recorrido antes del faro y subir hasta el Alto del Gobernador. En otra ocasión...

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  3. Muy interesante el recorrido, y muy llamativo lo de las dunas trepadoras "agarradas" al acantilado. En Santa Pola hay otras parecidas, que deben de ser contemporáneas de estas. Gracias por la visita guiada.
    Saludos

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    1. Hola Nacho.

      Es una pena que no se pueda acceder con facilidad (o, admitámoslo, pasando ciertos apuros) a esas dunas. Estuve calibrando la posibilidad de bajar desde el mirador de la Torre de Seguró, pero mi instinto de supervivencia, que no es que sea demasiado exigente, me disuadió de intentarlo.

      Un saludo

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