En las últimos artículos de Aventuras geológicas (con la excepción de nuestra visita a Montesa) realizamos un repaso al inicio del Triásico tal y como puede leerse en las rocas de la sierra Calderona. Comenzamos estudiando
el afloramiento paleozoico de Marines, donde nos encontramos algunas de las rocas más antiguas de la provincia de Valencia. Estas rocas son un testigo único de un tiempo remoto y un mundo muy diferente al actual y se depositaron en el fondo de un mar desaparecido hace mucho tiempo. Tras la colisión continental que supuso el nacimiento de Pangea se levantó una cordillera de enormes proporciones cuyos materiales erosionados constituyen las brechas, conglomerados, areniscas y limos del Triásico inferior. También tuvimos la ocasión de ver
el tránsito entre el Pérmico y el Triásico, frontera en la que se produjo la mayor extinción de la que se tiene registro.
Hoy vamos a terminar este viaje a través del Bundsanstein retomando nuestro relato donde lo dejamos:
los materiales de la formación Eslida que, recordemos, son depósitos fluviales.Viajemos desde el Triásico inferior hacia el futuro. Más de 230 millones de años después de que se formasen aquellos materiales decidí dar una vuelta con la joven ayudante de campo Inés, mi amigo Pedro y su hija, Chiara. El lugar elegido fue Olocau, en el acceso por el Sur a la sierra Calderona por la carretera CV-25. Tras una pequeña investigación en internet descubrí que hay un sendero que lleva el irresistible nombre de 'geológico'. Parte desde la depuradora del municipio (en la calle San Félix) y en un principio sigue el cauce del barranco de Carraixet, cauce amenazador en época de gota fría. Sin embargo, en parte por llevar a las niñas y en gran parte por la mala señalización acabamos haciendo un recorrido libre que, no obstante, supuso el inicio de esta serie de relatos (aunque irónicamente constituya el último episodio de la narración).
Lo primero que advertimos al llegar a Olocau es la imponente presencia de la Peña de Alí Maimó, un macizo de materiales del Muschelkalk que domina la población.
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Olocau desde la CV-25. Detrás de la población la Peña de Alí Maimó |
Cruzamos el barranco del Carraixet y buscamos la calle de San Félix. Al poco encontramos la primera y única señal del sendero geológico:
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Señal del itinerario geológico en la C/ San Félix. Fuente: Street View - Google Maps |
Como digo, el sendero comienza en la calle San Félix y pasa junto a la planta de tratamiento de agua residual hasta llegar al cauce del barranco. Sigue por el fondo de éste. Después nosotros nos perdimos. En la siguiente imagen satélite he marcado los puntos de interés que vamos a recorrer a lo largo del artículo.
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Vista satélite de Olocau en el que he marcado los puntos de interés que visitaremos en este artículo. Fuente: Google Earth |
Por el punto A hemos pasado si hemos llegado a Olocau desde Valencia y Marines Nuevo. Quizá algo nos haya llamado la atención en la carretera o quizá no. Volveremos más adelante a este punto. Comenzaremos, pues, por el punto B. En cuanto alcanzamos el cauce las paredes de la Peña se alzan, anaranjadas, formando un cortado imponente a nuestra izquierda. En la base de la pared, al pie de un talud más tendido formado por materiales más blandos, aparece otro conjunto de materiales rojizos organizados en capas decimétricas bien visibles.
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Pie de la Peña vista desde el cauce. Bajo los pinos aparecen unos materiales rojizos bien estratificados. |
Al acercarnos a investigar encontramos una alternancia de limos rojizos y areniscas rojas o blancas, las primeras micáceas y las segundas de grano grueso, por momentos casi microconglomeráticas, bien seleccionadas. Hay multitud de estructuras sedimentarias: estratificación cruzada planar, de surco y ripples de corriente, bioturbación, etc. Alguno de los lectores que haya seguido esta serie ya habrá dado con la clave, porque nos encontramos con una vieja conocida: la Formación Eslida.
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Nuestra conocida Fm. Eslida: limos en la base y areniscas a techo |
Es maravilloso encontrar en el fondo del cauce la cara superior de un estrato de arenisca con ripples formados en una corriente fluvial de hace más de 200 millones de años. La corriente del propio Carraixet forma este tipo de estructuras hoy en día, una ilustración inmejorable del principio del Actualismo.
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Ripples linguoides en el cauce. La paleocorriente fluía de la esquina superior izquierda a la inferior derecha. Literalmente, estamos viendo el cauce de un río desaparecido hace más de 230 millones de años |
Cuando la corriente desbordaba el cauce depositaba arenas sobre los limos de la llanura aluvial, dejando una cicatriz erosiva.
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Contacto neto entre limos y areniscas gruesas con estratificación cruzada |
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Un detalle del contacto erosivo entre areniscas finas y otras gruesas suprayacentes. Bajo la superficie erosiva es visible la laminación de ripples en las areniscas más finas de la base |
En este río algunos seres vivos (quizá invertebrados) dejaban su impronta en forma de galerías. Las encontramos verticales y horizontales.
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Galerías horizontales que destacan por su color claro en una arenisca con laminación paralela |
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Acumulación de galerías verticales de aspecto noduloso en la base de un estrato de arenisca |
Echamos un último vistazo al afloramiento y continuamos nuestro camino.
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Secuencia granocreciente con múltiples estructuras |
Al avanzar un poco vemos como estos materiales llegan a estar erosionados y recubiertos por depósitos continentales cuaternarios, limos parduzcos y gravas mal seleccionadas.
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Contacto erosivo de los limos parduzcos con bloques mal seleccionados sobre la Fm.Eslida. La inclinación y la textura da idea de su origen en procesos de tipo debris flow |
Si repasamos la imagen satélite anterior veremos que nos encontramos a mitad de camino entre el punto B y el C. A nuestra izquierda (nosotros seguimos el cauce hacia el sur) los campos de labor que se ven en la imagen se asientan sobre los depósitos cuaternarios que acabamos de analizar. Y no es por casualidad. Vemos un barranco a la izquierda que es el responsable del transporte de los materiales que se han depositado formando un abanico aluvial bien visible desde arriba.
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Detalle de la imagen satélite donde vemos el abanico desarrollado al pie del barranco que desemboca por la izquierda en el Carraixet |
Es interesante observar que este abanico nos muestra el nivel de base fijado por el barranco en el pasado y como, desde la formación del abanico, el Carraixet se ha encajado más en su cauce (fijaos en la foto de detalle, bajo el ribazo).
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Detalle del pie del abanico aluvial |
Tras dejar atrás los campos de labor y la zona semi-pantanosa que forma el barranco aquí el cauce cambia de carácter y el fondo nos muestra, entre las gravas, unas capas rocosas muy interesantes. Una falla hace que ahora el Muschelkalk esté a la altura del cauce y la Fm. Eslida ya no aflore.
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Al fondo las dolomías anaranjadas del Muschelkalk a la altura del cauce |
Nos encontramos en el punto C de nuestro recorrido. Aquí encontramos en el cauce unas dolomías en capas milimétricas a centimétricas, en ocasiones muy bioturbadas, en general brechoides. Su color es blanquecino a rosáceo, siendo preponderante el primero. El aspecto tableado es también evidente en los laterales del cauce.
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Dolomías tableadas en la pared que cierra el cauce por su margen derecha en el punto C. Texturalmente cambian de micritas a muro a doloarenitas a techo, lo que representa un incremento en la energía en el medio |
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Dolomías micríticas finamente estratificadas en el cauce del barranco |
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Bioturbación |
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Brecha intraformacional en las dolomías. Estas brechas pueden tener diversos orígenes: desde la erosión de los carbonatos consolidados tras un periodo de emersión hasta el colapso a causa de la disolución de evaporitas infrayacentes |
Estos materiales son netamente diferentes a los que estábamos acostumbrados. Al avanzar en el tiempo a la vez que descendíamos por el cauce hemos pasado de los sedimentos fluviales del Triásico inferior a los correspondientes a un ambiente marino somero, de plataforma carbonatada, del Triásico medio. Entre el punto B y el C se produce la transición , pero no hemos podido ver el punto exacto ya que la zona pantanosa por la que discurre el camino encubre las evidencias. Lo mismo ocurre en las laderas, muy tendidas y cubiertas de vegetación. Pero antes de dar la vuelta para buscar las pistas perdidas algo atrae nuestra atención. Ante nosotros se yergue una presa de laminación de avenidas del Carraixet, un recordatorio de lo poderoso de este barranco mediterráneo, especialmente en otoño. Sus estribos se asientan en las dolomías del Musch, que además exhiben un bonito pliegue.
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Presa en el cauce. Apreciamos la sección escalonada de la coronación y los mechinales (pequeños agujeros) que permiten la descarga progresiva una vez la lámina baja de la cota del vertedero. También vemos la cantidad de material retenido que colmata en parte el vaso, origen del terreno semipantanoso que hemos atravesado previamente |
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Vista del pliegue en las dolomías que sirve de estribo al dique |
Ahora sí, es momento de regresar para buscar el tránsito perdido. En un futuro volveremos al Musch (¿lo pilláis? En un futuro....
El caso es que al comenzar nuestro recorrido y mirar hacia arriba, a la peña de Alí Maimó, llamó mi atención una banda de materiales de colores abigarrados, muy peculiar. Aparentemente se encuentran justo en el lugar adecuado, entre los limos y areniscas de la Fm. Eslida y las dolomías del Musch. De modo que, un poco temerariamente, me dispuse a trepar por la inestable ladera junto al punto B, desde el cauce hacia arriba.
Por encima de las facies canalizadas de la Fm. Eslida aparece un conjunto de materiales detrítico-evaporíticos consistentes principalmente en arcillas y limos, margas y margas yesíferas. Los colores van desde el rojo hasta el amarillo pasando por el pardo e, incluso el verdoso. Algunos niveles presentan brechas de cantos planos arcillosos, otros porosidad móldica y, por encima de todo, aparece un nivel de carbonatado coronado por carniolas.La transición es aparentemente continua. No hay estructuras tractivas. Se observa a nivel de afloramiento una serie de discordancias internas que podrían deberse a la disolución de las evaporitas. Se trata de la facies Röt que constituye la Fm. arcillas, limos y margas de Marines.
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Aspecto general de la Fm. Marines en facies Röt: limolitas predominantemente rojas con intercalaciones de margas, calizas y yesos. A la derecha, los materiales aluviales del abanico aluvial que vimos antes en contacto angular |
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Discordancia angular interna entre los limos y las margas |
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Detalle de un nivel con cantos blandos limolíticos rojos. En la parte superior una carniola con porosidad de evaporitas |
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Niveles calcáreos entre las margas amarillentas |
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Hacia techo la proporción de margas se incrementa enormemente. En este caso, el banco margoso acaba en una capa de carniolas |
López-Gómez y Arche definieron esta unidad en 1988 y la interpretaron como sedimentos propios de ambientes estuarinos. Es evidente que se requieren unos conocimientos de sedimentología más altos que los míos para llegar a esa conclusión. Este ambiente es uno de los más variables ya que combina la influencia de corrientes fluviales, marinas y de marea en distinto grado, y cada una de las combinaciones tiene su impronta propia.
Lo que está claro es que las condiciones han cambiado y, de algún modo, el mar ha llegado hasta aquí y la Fm. Marines representa ese tránsito con ambientes costeros y de poca energía, predominantemente detríticos en la base y con mayor contenido en carbonatos a techo.
Y a partir de aquí, ¿qué? Pues la tendencia anterior se mantiene y se agudiza. Por encima de las carniolas aparecen las margas y dolomías del Muschelkalk que constituyen la Peña de Alí Maimó. La transición entre unidades es gradual y en la base del Musch encontramos margas y dolomías finamente laminadas (laminación paralela y de ripples) y, en algún caso, doloarenitas con galerías de Thalassinoides isp. Definitivamente, el mar está aquí.
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Desde dónde estamos miramos hacia arriba y vemos, por encima de las carniolas que aparecen en primer término, las margas y dolomías del Muchelkalk |
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Dolomías tableadas con laminaciones paralelas y de ripples |
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Detalle de las laminaciones. Podrían ser propias de llanuras de marea: ripples de corriente y oscilación y laminaciones de algas |
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Contacto neto entre las margas y las dolomías |
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Detalle de galería de Thalassinoides isp., indicativa de un medio con más energía. |
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Expresión morfológica de las dolomías del Musch en la Peña de Alí Maimó |
Es hora de repasar de nuevo todo lo visto poniéndolo en relación con lo que sabemos de la historia geológica de la región. Comencemos por la Fm. Eslida. Recordemos que esta unidad consta de una sucesión de limos con intercalaciones de areniscas que fueron depositadas por ríos que se arrastraban perezosamente a través de grandes llanuras aluviales. Ya vimos que durante el Bundt la corteza continental de Iberia experimentó un proceso de rifting que motivó la creación de surcos subsidientes en los cuales se acomodaron los sedimentos procedentes de la erosión del orógeno Varisco (durante la formación de Pangea). Estos materiales constituyen las formaciones Alcotas, Cañizar y Eslida. Tratemos de explicar esto más sencilla: si cogemos una goma elástica y la estiramos desde los extremos observaremos como en el centro ésta se adelgaza. Eventualmente, si seguimos estirando, veremos como en la zona central el material se deteriora, apareciendo roturas superficiales. Traslademos este proceso ahora a la corteza continental: si se somete a una distensión (por la razón que sea), esta capa superficial se adelgaza y, debido a que su comportamiento elástico tiene un límite, se rompe en bloques. A diferencia de la goma elástica, esto bloques no tienen una masa despreciable frente al resto de fuerzas intervinientes en el proceso, por lo que algunos de ellos se hunden. Ello genera zonas deprimidas listas para ser rellenadas. En nuestro caso estas zonas subsidientes se alineaban según una dirección NO-SE (actuales). No por casualidad, esta es la alineación general de la cordillera Ibérica.
La siguiente reconstrucción paleogeográfica muestra la situación a comienzos del Triásico (las líneas paralelas delimitan los márgenes del rift):
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Posición aproximada de Iberia en el tránsito Paleozoico-Mesozoico. Modificado del sitio web de Colorado Plateau Geosystems, del Prof. Ron Blakey: http://cpgeosystems.com/index1.html |
El proceso de rifting continuó en el tiempo, de forma que, en el Triásico Medio, el mar invadió los terrenos deprimidos contenidos entre los márgenes elevados del rift. Se estableció un mar epicontinental, somero, que invadió los antiguos valles fluviales depositando las limolitas y evaporitas de la Fm. Marines. Finalmente se desarrollaron las plataformas carbonatadas del Muschelkalk. Una nueva reconstrucción nos muestra cómo ha cambiado la situación (es de comienzos del Jurásico, un periodo algo posterior en el tiempo al Musch, pero nos sirve para ver la tendencia):
En el paleomapa vemos como la transgresión marina ha avanzado sobre los terrenos de Iberia inundando las antiguas llanuras formadas tras el arrasamiento del orógeno Varisco. Éste es el relato que quedó registrado en las rocas de la sierra Calderona y que hemos seguido en su primer capítulo, desde el Paleozoico hasta el fin del Triásico inferior. En un futuro acometeremos el segundo capítulo: el Muschelkalk en la Calderona. Pero eso será más adelante.
EPÍLOGO
Para no romper la continuidad del relato he dejado un detalle para el final. Hay una forma más sencilla (pero menos emocionante) de observar el tránsito entre el Triásico inferior y el medio, y es que la Fm. Marines tiene su estratotipo definido en la CV-25. De hecho, al venir desde Valencia hemos pasado junto a él, ya que está entre Marines (Nuevo) y Olocau, a cosa de 1,5 km de esta localidad. En el talud de la carretera es posible ver, en sucesión, las Fm. Eslida (más próxima a Olocau) la Fm. Marines y la Fm. Landete (la base del Musch). La Fm. Marines es fácil de reconocer por su aspecto abigarrado y los llamativos pliegues que exhibe. Es el punto A de la imagen satélite que presentamos al comienzo del artículo. Algunas imágenes:
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Fm. Eslida en el talud de la CV-25. Margen derecha de la carretera en sentido Olocau |
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Fm. Marines y su acpecto abigarrago caraterístico en el talud de la CV-25. Margen izquierda de la carretera en sentido Olocau. Fijaos en el plegamiento |
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Fm. Marines en el talud de la CV-25. Margen izquierda de la carretera en sentido Olocau |
Así que ahora no hay excusa para acercarse a conocer este momento de la historia de Iberia, que aflora excepcionalmente a lo largo de esta carretera.
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Supongo que lo de que son las rocas más antiguas de la provincia de Valencia será un lapsus, porque el Ordovícico de Chelva es lo más antiguo de la Comunidad Valenciana.
ResponderEliminarPues en realidad no es posible datar el paleozoico de Marines porque las rocas son totalmente azoicas. Los autores de la hoja geológica le atribuyeron edad Ordovícica por extensión del resto de afloramientos paleozoicos de la Ibérica suroriental. Hasta donde yo sé, no se ha publicado nada más preciso al respecto. Aparte de las dudas, y en lo que se refiere al relato, cuando hablo de rocas más antiguas me refiero al Paleozoico en sentido amplio, ya que los afloramientos son tan escasos que la diferencia de edad entre ellos es casi irrelevante en relación con la edad del resto de materiales de la provincia, lo que en mi opinión justifica tratarlos como una entidad única en el contexto de esta historia.
EliminarPor otra parte, sí es cierto que el afloramiento de Alcotas sí se ha datado como Ordovícico.
Gracias por visitar Aventuras geológicas.
Excelente y muy detallada descripción geológica del contacto Buntsantein - Muschelkalk, la mejor que he visto. Oscar; ¿no has pensado dedicarte a la literatura cientifica?. Tus descripciones son cientificas, detalladas y amenas (y tus fotografias muy buenas).
ResponderEliminarUn abrazo: José María Montes.
Pues ¡muchas gracias por tus amables comentarios, José María!.
EliminarEl tránsito entre el Bundt y el Musch es muy vistoso por los colores de la Fm. Marines y aparece en varios taludes de carretera, además de la CV-25. Por ejemplo en la A-7 entre Puzol y Sagunto o en la A-23 entre Gilet y Algimia.
Por otra parte, la verdad es que me encanta leer literatura de divulgación científica, especialmente en lo relativo a Astronomía, Biología y, por supuesto, Geología y Paleontología. Este blog intenta ser una pequeña contribución en este campo, a ver si entre todos conseguimos popularizar la Geología.
Respecto a las fotografías, soy bastante manazas. Pero procuro hacer muchas tomas para tener dónde elegir. Como no se me da muy bien el manejo de programas de retoque, tan sólo uso el ajuste automático. Aún así, lleva mucho tiempo preparar las fotografías para un artículo. No quiero ni pensar si te dedicas a retocar al detalle...
¡Un saludo!
Bueno muchos dias sin internet no me han permitido hasta ahora ,leer este trabajo extenso sobre parte del Tríasico, y espero en algún momento de este verano visitar la FM Eslida, cerca de dicha localidad, por lo demas seguro que algun libro si podrias escribir sobre tus relatos en este blog saludos.
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