[Este artículo participa en el VI Carnaval de Geología alojado en este mismo blog]
A veces trato de imaginar cómo debió sentirse Jim Lovell, comandante del Apolo XIII, al circunnavegar la Luna de camino a la Tierra mientras veía como pasaba ante sus ojos la que fue su última oportunidad de pisar nuestro satélite. Salvando las (planetarias) distancias, yo mismo he experimentado en muchas ocasiones algo parecido al transitar en coche o tren por paisajes de irresistible geología sin poder detenerme a echar un vistazo.
Por eso, en mi segundo y último día de trabajo en Carboneras hice todo lo posible por visitar, de camino al aeropuerto de Almería, un lugar extraordinario: el Hoyazo de Níjar.
El Hoyazo de Níjar visto desde la A7. En el centro se distingue la brecha que permite el acceso al interior desde el flanco sur. Fuente: Google Earth |
Y es que no todos los días se tiene la ocasión de pisar un atolón de coral, y menos aún en la península. Así que todos los esfuerzos están justificados. Con las maletas en el coche tomamos la salida adecuada de la A7 y condujimos hacia la Granatella (que así se llama también el lugar). Bajo el sol del mediodía almeriense dedicamos nuestra última hora a explorar este fantástico paisaje.
En los dos artículos anteriores dedicados a mi retorno al cabo de Gata tuvimos ocasión de verificar cuán diferente era este paisaje hace unos 6 millones de años. Lo que ahora es un terreno árido y despoblado antaño fue una bahía poco profunda flanqueada de islas volcánicos (Revisar aquí las entradas sobre la Mesa de Roldán y la Cañada Méndez).
Pues bien, partiendo del arrecife de la Mesa de Roldán y cruzando sobre lo que ahora es la Cañada Méndez, navegando hacia la costa del continente en la sierra Alhamilla, nos hubiésemos encontrado con un auténtico atolón de coral: un arrecife en forma de anillo desarrollado sobre los flancos de un volcán submarino. Incluso ahora hace falta añadir poca imaginación para viajar a aquel momento en el tiempo. Y si no, fijaos en esta imagen satélite del Hoyazo de Níjar:
Vista satélite del Hoyazo. Fuente: Google Earth |
Como podemos ver en la imagen, algunas ramblas han excavado el borde del hoyazo permitiendo el acceso al interior del mismo. Nosotros seguimos el barranco de la Granatilla, ascendiendo por una senda que conduce al interior a través de una brecha en el arrecife.
El sendero asciende hacia la brecha en el arrecife perimetral y permite el acceso al interior |
Según ascendemos las rocas que afloran junto al camino son las dacitas sobre las que se desarrolló el arrecife, sólo que contienen un mineral que no debería estar ahí.
Base volcánica de la estructura |
Veámoslo más de cerca. ¡Son granates!
Muestra de mano de las dacitas, de color parduzco a causa de la alteración del material y su contenido en óxidos de hierro. Se aprecian varios granates flotando en la matriz |
¿De dónde han salido y qué hacen en las dacitas? La respuesta está relacionada con el origen de toda la región. Estos granates proceden de los esquistos que forman el sustrato de la zona. Durante el vulcanismo del final del Mioceno el magma atravesó esos esquistos de camino a la superficie, arrastrando consigo a los granates, muy resistentes. Estos cristales quedaron, pues, englobados en las dacitas que formaron el domo volcánico del Hoyazo. Pero los granates tenían una historia anterior. Este mineral metamórfico se formó en primer lugar durante la colisión entre África e Iberia. En este proceso los materiales de la corteza quedaron atrapados entre ambas placas tectónicas y fueron sometidos a grandes presiones y temperaturas. En estas condiciones los minerales originales dejan de ser estables y se transforman en otros, siguiendo una secuencia conocida. Sin entrar en más detalles, las lutitas iniciales (arcillas y limos) se transformaron en pizarras, después en filitas y posteriormente en esquistos. Nuevos minerales cristalizaron, entre ellos el granate almandino.
Y no sólo eso. Ahora están iniciando una nueva vida, ya que al erosionarse la roca que los contiene quedan liberados. Su dureza les permite resistir el proceso y se concentran en el fondo de las ramblas formando un tipo de yacimiento secundario conocido como placer.
Ciertamente, la acumulación de granates en ciertos puntos constituye una visión fantástica.
Acumulación de granates liberados de su tumba dacítica (click para ampliar) |
Ahora estos resistentes cristales están comenzando una nueva etapa, viajando transportados por las lluvias torrenciales almerienses hasta quedar, de nuevo, integrados en un nuevo sedimento. Mensajeros del pasado, testigos de sucesos acontecidos antes de que ningún humano pudiese verlos, ahora de camino hacia el futuro.
Algunos granates recolectados directamente del terreno |
Dacitas en cortes fresco. En este caso no hay granate, pero sí fenocristales oscuros de, posiblemente, biotita |
El caso es que sobre el edificio volcánico submarino, y aprovechando el alto fondo proporcionado por el mismo, se desarrolló un arrecife de coral. Al avanzar por el camino y sobre las dacitas encontramos un nuevo tipo de roca. En primer lugar, una caliza bioclástica, formada por fragmentos y restos esqueléticos de los animales que construyeron y habitaban el arrecife.
Caliza bioclástica del talud recifal. Es posible apreciar las perforaciones de organismos litófagos (click para ampliar) |
Y más hacia arriba el armazón coralino, que resalta en el paisaje formando el anillo que cierra perimetralmente el hoyazo.
Andrés observa el crestón formado por el arrecife perimetral |
Al igual que en el caso de la Mesa de Roldán, aquí el principal coral era el porites. El carbonato original se ha disuelto y en su lugar tan sólo quedan los huecos ocupados por este organismo, que dan a la caliza una textura oquerosa.
Detalle del armazón en el que se aprecian los huecos dejados por el porites |
Desde lo alto del anillo tenemos una extraordinaria vista que nos permite entender esta estructura. La dacita es una roca volcánica que procede de un magma rico en sílice. Ello hace que sea muy viscoso y que, por tanto, fluya con dificultad. Olvidemos la imagen de un volcán arrojando lava líquida que corre por la ladera como un río incandescente. Esta lava fluye con dificultad, de forma más parecida a como sale la pasta de dientes cuando apuramos el tubo. En el centro del hoyazo queda el resto del antiguo domo.
Interior del hoyazo. La flecha señala el domo extrusivo |
Además del granate, en la roca volcánica hay otro tipo de enclaves procedentes del sustrato metamórfico. En algunos puntos el cuarzo es extremadamente abundante, quizá también a causa de su dureza, que favorece su preservación frente a otros materiales.
Conjunto de fragmentos angulosos de cuarzo |
Desde el collado que da acceso al interior del hoyazo tenemos una extraordinaria vista del conjunto.
Panorámica del interior del hoyazo (click para ampliar) |
Y por cierto, en contra de lo que pueda parecer a primera vista, lo que estamos viendo no es un cráter volcánico. La forma del Hoyazo se debe a que los materiales volcánicos son más deleznables que la caliza arrecifal, lo que hace que la erosión actúe de forma diferencial vaciando el centro de la estructura. Cabe decir, no obstante, que esta visión no está unánimemente aceptada y que quizá algún tipo de actividad explosiva o colapso asociados a la viscosidad de la lava puede encontrarse detrás del origen del relieve deprimido.
Antes de marcharnos de este extraordinario lugar echamos un último vistazo, esta vez hacia el exterior. Vemos el arrecife y su talud, reposando sobre la base volcánica. Y al fondo la sierra Alhamilla, antigua línea de costa, donde aflora el sustrato metamórfico que contiene los granates.
Nota final:
Gratitud eterna a mi compañero Andrés Núñez, que durante todo el viaje no sólo no opuso resistencia sino que con actitud tolerante me permitió dedicar nuestro tiempo libre a recorrer esta extraordinaria región.
Referencias:
[1] Rasgos geológicos de la cuenca de Almería-Níjar. Varios autores. Excelente descripción de la geología de la cuenca con una completa relación de puntos de interés con su descripción detallada.
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Maravilloso lugar el Hoyazo. Fuimos a visitarlo en el campamento de vulcanismo (cuando íbamos a Cabo de Gata), y nos contaron cosas muy interesantes sobre los enclaves. No solamente tienen granate; en los enclaves más grandes se puede ver un mineral de color violeta que es cordierita. También hay sillimanita y un polimorfo del cuarzo llamado tridimita (esos cristales transparentes que parecen fragmentos de parabrisas). Como ves todos ellos minerales de alta T (Grt y Cdr no suelen ser estables juntos, salvo a alta T). Se supone que son enclaves de la base de la corteza continental.
ResponderEliminarCuriosidad: hay gente que defendió en su momento el origen ígneo de parte del granate y hubo un intenso debate sobre el tema.
Bonita entrada, gracias por compartir.
Pedro
Si es que es un fantástico lugar. Lástima tener tan poco tiempo, apenas una hora a la carrera, para apenas reconocerlo por encima.
EliminarUn saludo, Pedro
¿Este vulcanismo de cabo de Gata tiene que ver algo con el vulcanismo de las islas Columbretes o de la zona de Olot? Me suena algo de un rifting que iba desde el Macizo Central francés hasta el cabo de Gata, pero no estoy seguro.
ResponderEliminarPues aparentemente sí lo están. Yo también tengo entendido que son manifestaciones relacionadas con la apertura del surco de Valencia, que a su vez es el extremo meridional que un rift que cruza Europa de norte a sur. Será interesante ver qué trae el futuro ;). Por cierto que el vulcanismo de las Columbretes sí que parece estar claramente relacionado con el de Cofrentes, en Valencia, del que escribí una reseña recientemente aquí:
Eliminarhttp://ageologicas.blogspot.com.es/2013/12/el-volcan-del-cerro-de-agras-cofrentes.html
Saludos
Siguiendo con el tema del vulcanismo, me ha sorprendido ver las fotos que muestras de andesitas. Las veo unas rocas como de color muy claro. Yo soy de Pamplona y aquí las manifestaciones volcánicas más cercanas son los pitones volcánicos del pérmico de los picos Midi d'Ossau y Anayet. Siempre he oído que estaban constituidos de andesita y su color es realmente oscuro, sin embargo las andesitas del cabo de Gata son claras. ¿Por qué una diferencia tan grande de color en un mismo tipo de roca?
ResponderEliminarComo se formo ?
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