No puede decirse que esté muy habituado a caminar por terrenos volcánicos. No son muy abundantes de dónde yo vengo (aunque no todo el mundo tiene un cráter extinto a 10 km de su pueblo). Y si unimos eso al indudable encanto de las islas, la combinación de ambos factores tiene el éxito garantizado.
Es posible imaginar mi estado de ánimo cuando el trabajo me llevó, en dos ocasiones, a las Islas Canarias entre diciembre de 2013 y enero de 2014. Estas visitas forman parte de mi periplo por España que en cuestión de meses me ha llevado desde Galicia al Cabo de Gata, entre otros lugares.
Nuestro primer objetivo fue Gran Canaria. La primera vez que pusimos el pie allí, en diciembre, la llegada de un temporal excepcional y la alerta decretada limitó nuestra visita a unas horas y nos obligó a regresar un mes más tarde. Si bien nuestra capacidad de movimiento estaba limitada por los ocasionales ratos libres y la distancia que es posible cubrir a pie, en una isla volcánica uno casi siempre está a un tiro de piedra de algo interesante. Así pues, si bien no pude conocer el interior de la isla, conté con la suerte de estar alojado en la playa de Las Canteras, a un tiro de piedra de otro lugar igualmente interesante: los volcanes de La Isleta y especialmente El Confital.
Pero vamos por partes.
Gran Canaria es el resultado de multitud de eventos volcánicos en los cuales se emitieron los enormes volúmenes de materiales que finalmente, al surgir sobre la superficie del mar, dieron lugar a la isla. Naturalmente, el vulcanismo de la Gran Canaria está relacionado con el del resto del archipiélago, existiendo diversas teorías que tratan de explicar su origen. Se han barajado, básicamente, un par de hipótesis: un origen controlado por una falla asociada a la cordillera del Atlas y, por otra parte, la teoría del punto caliente (Hawaii style). Ninguna de las dos parece explicar por completo las características del vulcanismo canario por lo que sigue el debate. En cualquier caso, Gran Canaria está en mitad del archipiélago y tiene una edad media en relación con el resto. La secuencian de formación fue tal que las islas son más antiguas cuanto más al este se encuentran. El Hierro es, pues, la más joven. Gran Canaria emergió de las aguas hace algo más de 14 millones de años, aproximadamente.
La isla tiene un perímetro aproximadamente circular y es el resultado de tres ciclos de actividad entre los que se sitúan periodos de erosión y deposición de formaciones detríticas. Se denominan en relación a la formación del Roque Nublo, un gran estratovolcán que ocupa en centro de la isla y que da nombre al segundo ciclo. El anterior y el posterior se conocen como pre y post Roque Nublo, respectivamente.
Si nos fijamos en la Gran Canaria, veremos que su silueta posee un saliente en su costa noreste: se trata de la península conocida como La Isleta, resultado de varios periodos de actividad correspondientes al ciclo post-Roque Nublo y que se han prolongado hasta un momento bastante reciente. Tras su emersión, una franja arenosa se desarrolló merced al régimen de corrientes litorales formando el itsmo de Guanarteme, que la une a la isla principal, sobre la que se asienta parte de la ciudad de Las Palmas. En la orilla occidental se extiende la playa de Las Canteras. Merece la pena hacer un par de comentarios antes de entrar en detalles. Según parece, la denominación de La Isleta procede del hecho de que la franja arenosa que constituye el itsmo apenas quedaba emergida durante la marea alta, momentos en los que la península devenía, efectivamente, en isla. El segundo comentario hace referencia al crecimiento de la ciudad de Las Palmas, que ha acabado por ocupar por completo la franja arenosa dejando muy pocos lugares en los que el proceso de su formación pueda estudiarse directamente (básicamente, en zanjas o excavaciones en solares).
La isla de Gran Canaria. Al norte, la península de La Isleta. Fuente: Google Earth |
Siguiendo la playa de Las Canteras hacia el Norte llegamos a una zona de costa elevada conocida como El Arrecife o La Puntilla. Un poco más allá pisamos la propia Isleta y la playa que se existente en su zona occidental. Este lugar se conoce como El Confital.
Vista oblicua de La Isleta, el itsmo de Guanarteme y parte de la ciudad de Las Palmas. Fuente: Google Earth |
Puede aprenderse mucho acerca de la formación y evolución de una isla volcánica en este lugar. Demos un paseo a lo largo de la playa de Las Canteras hasta el Confital y veamos qué encontramos.
Una de las cosas que llaman la atención en esta playa es la alineación de rompientes situada a unas decenas de metros de la playa. Se conoce como ‘La barra’ y forma una extensión de agua protegida tan larga casi como la propia playa.
Se trata de los restos de un complejo playero formado hace unos 110.000 años. Tanto en la propia barra como en afloramientos rocosos en la manga de arena o en solares del paseo ahora edificados pueden encontrarse evidencias de distintos subambientes: de bajíos, de lagoon, playa, dunas eólicas, etc. Se trata, pues, de un precursor de la playa que contemplamos ahora, formado en un periodo interglaciar en el cual el mar tenía una altura similar a la actual.
Cartel situado en la playa de Las Canteras |
Colada basáltica/basanítica en La Puntilla. El aspecto escoriáceo de la superficie corresponde con el de una colada de lava AA |
Contacto entre los dos términos en La Puntilla. La toba hialoclastítica de la base presenta una clara estratificación horizontal |
Detalle de la toba en la que se aprecian bandas de grano más fino y otras con fragmentos de roca o vidrio de tamaño milimétrico |
En algún punto, sin embargo, la horizontalidad de las capas se rompe. Éstas aparecen deformadas hacia arriba, convolucionadas e incluso rotas, da la impresión que a causa del escape de los gases atrapados.
Disrupción del bandeado ¿quizá a consecuencia del escape de gases? |
He revisado la documentación disponible para tratar de establecer a qué episodios en la historia de la formación de La Isleta se corresponden estos materiales. Aparentemente están relacionados con la fase juvenil de crecimiento del edificio del Confital (hace aprox. 1 Ma).
Hay otras estructuras interesantes: cuando miramos hacia La Isleta descubrimos otro punto de gran interés: un pliegue tumbado en la toba. ¿A qué puede deberse? ¿Se trata de un resto de una estructura más compleja, desmantelada casi por completo? ¿Es una estructura original, asociada a la deposición de los piroclastos? ¿Se debe al emplazamiento de la colada de lava, que arrastró los materiales preexistentes? En este último caso, la disposición del pliegue parece sugerir que la colada provino del sur, lo que choca con la idea de que esté asociada a la erupción del Vigía. Quizá se formó al ‘desparramarse’ lateralmente el flujo. ¡Cómo se echa de menos en estos casos un experto en la geología local!
Pliegue tumbado en el centro de la imagen, formado por la toba de base |
La Cruz del Confital es un edificio del que la erosión ha eliminado todo su flanco occidental. Al pie del mismo se desarrolla la rasa costera del Confital. Se formó en el final de la fase juvenil, hace unos 700.000 años, a la vez que el volcán adyacente de Montaña Colorada.
La rasa del Confital. Por encima el edificio de La Cruz del Confital (o, mejor dicho, la mitad oriental) |
Dejaremos la playa para más adelante, ya que hay mucho que ver allí. Tomemos ahora el camino ascendente, a través de las últimas calles del barrio de la Isleta. Al pasar junto al polideportivo Jesús Telo vemos en un talud otra colada basáltica/basanítica. Ésta recubre un nivel erosivo en el que se reconoce la formación de un suelo. A pesar de la similitud con el afloramiento de La Puntilla, aquí los materiales son posteriores. La capa infrayacente no es ya la hialoclastita que vimos en La Puntilla, sino que parece formar parte de las coladas de piroclastos que dieron lugar a la formación del edificio de la Cruz del Confital en la última fase de crecimiento juvenil, hace unos 700.000 años. La colada superior procede de uno de los últimos episodios efusivos en la isla, la erupción de la alineación del Vigía, hace unos 37.000 años. El contacto entre ambos representa, por tanto, cientos de miles de años de erosión.
Colada lávica procedente de la erupción fisural del Vigía que recubre los materiales preexistentes |
Capas de lapilli rojizo procedentes de las erupciones del Vigía |
Es oportuno ahora revisar el mapa geológico de La Isleta. Podemos ver como los materiales se dividen entre aquellos más antiguos que afloran en la mitad noroccidental (Confital, Montaña Colorada, El Faro) y los más de la mitad suroriental, más modernos. Entre ellos, la alineación del Vigía, resultado de una erupción fisural que dio origen a varios conos de lapilli que se solapan parcialmente.
Proseguimos por la carretera que conduce al barrio de Las Coloradas. Esta vía discurre sobre los laderas de los edificios de La Cruz del Confital y Montaña Colorada y Lomas Coloradas. Se trata de conos de tefra que, por su antigüedad, se encuentran bastante deteriorados. En el camino vemos acumulaciones de piroclastos de dispersión, ceniza y fragmentos de roca muy ligeros arrastrados y repartidos por el viento durante las últimas erupciones.
Andrés camina junto a un talud en lapilli de dispersión |
En cierto punto hay que salir de la carretera y atravesar el collado que lleva a la cumbre de la Cruz. Pero no resultó trivial. Estábamos a unas horas de que las islas entrasen en alerta roja por el temporal de viento y lluvia, y viento es lo que teníamos. Los últimos metros los recorrimos semiagachados, midiendo bien los pasos. El riesgo de ser arrastrados por el viento y caer por el acantilado era bien real, por lo que al llegar a la cruz que corona el edificio nos abrazamos a ella, por turnos, para echar un vistazo. Y valió la pena, desde luego.
Al mirar hacia el suroeste podemos ver todo el itsmo de Guanarteme, completamente edificado. La playa de las Canteras ocupa su flanco occidental. La estructura emergida de la Barra también es muy visible. A nuestros pies la rasa marina de El Confital.
El istmo de Guanarteme, la bahía del Confital y La Playa de Las Canteras |
En la otra dirección podemos disfrutar de una panorámica del campo de lavas del interior de La Isleta: la Montaña Colorada, El Faro y la alineación de conos de tefra monogénicos del Vigía.
Panorámica desde la Cruz del Confital:. De izquierda a derecha: Montaña Colorada, El Faro, El vigía |
Ahora que ya estamos familiarizados con el paisaje, vale la pena echar un vistazo a un antiguo mapa de la Isleta. Está extraído de una carta náutica del año 1879. El detalle del trabajo cartográfico es maravilloso y nos permite imaginar como era este lugar cuando fue visitado, entre otros, por el propio Charles Lyell.
Carta náutica de 1879 del área de Guanarteme y La Isleta. Fuente: Tomado de la wikipedia en las condiciones de licencia expresadas. Autor: Pepelopex |
En la próxima entrega visitaremos El Confital y veremos qué puede contarnos acerca de la historia de La Isleta.
Nota final: Puesto que en Gran Canaria sólo he sido un ave de paso, agradezco la colaboración de aquellos de vosotros conocedores de la geología local para completar y/o corregir las interpretaciones erróneas que pueda haber en el relato.
Referencias:
[1] Mapa geológico de España a escala 1:25.000. 2ª serie. IGME. Hoja 1101 I-II Las Palmas
[2] Guía del Geolodía 2013 en Gran Canaria. Un paseo geológico urbano. Las Palmas de Gran Canaria. Fco. José Pérez Torrado, M. del Carmen Cabrera Santana, Alejandro Rodríguez González, Álex R. Hansen Machín.
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